No risk, no story
Ey.
Este cuadro no le gusta a cualquiera.
Le gusta a gente como tú: los que ya están pensando diferente.
Mientras muchos siguen a lo seguro, tú sientes que eso no va contigo.
Lo notas. Lo llevas dentro.
Te aburre la rutina. Te cansa lo cómodo.
Quieres más. Aunque dé miedo.
Este cuadro no es solo una frase.
Es un recordatorio de lo que pasa cuando te lanzas.
Cuando apuestas por ti.
Cuando decides escribir tu historia, en lugar de actuar en la de otro.
“No risk, no story.”
Cuatro palabras que te despiertan. Que te incomodan. Que te empujan.
Y no, no hace falta lanzarse con espada y armadura (aunque molaría).
Pero sí hace falta moverse.
Hacer. Probar. Fallar. Volver a hacer.
Porque lo mejor de la vida nunca llega con cinturón de seguridad.
Este cuadro es para recordarte eso cada vez que lo mires.
Para que, cuando el miedo te quiera atar al sofá, tú levantes la vista y digas:
“No gracias. Tengo una historia que contar.”
Hazle un hueco en tu pared.
Y en tu vida.
Lo demás, ya vendrá.